La pieza gira en torno a la pérdida de la intimidad en el contexto de las redes sociales. Es una reflexión poética sobre la transformación de la vida en un «Show”.
Plantea la incapacidad de llegar al universo interior de uno/a mismo/a generando una falta de autenticidad y as u vez un exceso de frustración. La toma de conciencia de la realidad nace desde el suspiro de angustia que provoca el propio vacío interno y nos muestra la idea de que, para conectarnos, el camino es otro.

El montaje parte de la vivencia de las cuatro alumnas que lo interpretan: Ainara Bento, Lucía López, Alejandra Sancho y Alazne Uralde, bajo la dirección de Ziomara Hormaetxe. En sus obras, la coreógrafa vasca, que en 2016 creó su propia compañía, abre la puerta a las nuevas tecnologías e investiga bailando sobre la técnica del videomapping. Últimamente ha centrado su proyecto y su sede artística en Biarritz, así como su pedagogía y proyecto de danza.

Ziomara Hormaetxe trabaja actualmente en una nueva producción escénica de Azkuna Zentroa en la que la presencia tecnológica se plantea como elemento de conexión con el público.